Posesión en MacKinney Manor.


El microrelato que tenéis a continuación es mi participación en la iniciativa «Emociones en 50 palabras» de mi querida amiga Sadire. Para el mes de Agosto ella nos propone la imagen evocadora que encabeza esta entrada a la que, por aquello de las vacaciones, ha tenido a bien añadir un par de requisitos para hacer el reto aún más interesante:

  • Extra de agosto: La historia tiene que ser de misterio.
  • Bonus: Que aparezca un ser fantástico.

Pide, y se te concederá. Pero además añado, de mi propia cosecha, un segundo bonus: el sarcasmo. ¿Por qué no puede haber humor en una historia de misterio? Yo creo que sí, no hay mejor prueba que darse una vueltecita por Canterville. Y ya puestos, siendo la historia en tonos oscuros, ¿que color habría de tener entonces el humor que contiene? Negro, sin duda.

Cincuenta palabras no dan para mucho, la verdad. Pero creo que haciendo un esfuerzo caben todos los ingredientes propuestos y, de paso, también un poco de anacronismo y hasta una pizca de crítica social. No me enrollo más, os dejo con las cincuenta palabras justitas de…

Posesión en MacKinney Manor.

Tras el descerraje, la comisión judicial entró al viejo castillo. Ni rastro de los tres ocupas. Completaban ya el registro cuando descubrieron sus cuerpos, salvajemente mutilados. Todos volvieron sus miradas al fantasma de MacKinney. Este silbó distraído, se encogió de hombros y extendió la mano para que le devolvieran sus llaves.

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