La operación Mincemeat.


El 19 de Abril de 1943 José Antonio Rey se encontraba faenando con su pequeño barco pesquero cerca de las playas de Punta Umbría (Huelva) cuando descubrió algo extraño flotando en el mar. Tras aproximarse con cautela, pudo comprobar que se trataba de un cuerpo en avanzado estado de descomposición, que recogió y llevó de inmediato al puerto de Huelva. El cuerpo pertenecía a un hombre de mediana edad y complexión robusta, vestido de civil y encadenado a un maletín.

Cuando las autoridades del puerto procedieron a registrarlo para su identificación, encontraron entre sus pertenencias una carta del Lloyd’s Bank reclamándole unos pagos vencidos, una foto de su novia Pam en bañador y otra serie de efectos personales de los que el más significativo fue, con seguridad, su tarjeta de identidad de la Royal Navy. Un documento que indicaba más allá de toda duda que se trataba del mayor William Martin.

Esta identidad daba una relevancia insospechada al descubrimiento. Pronto pudieron conjeturar que el fallecido viajaba en un pequeño avión en ruta desde Londres al Norte de África, desde el que había caído al mar, falleciendo por asfixia poco después. La marea se habría encargado de arrastrar su cuerpo a la costa.

Una vez conocida la noticia, el almirantazgo británico solicitó insistentemente la devolución del maletín. Pese a ello, éste pasó a manos de don Pascual del Pobil, juez en funciones de Huelva, quién lo envió al cuartel general de la armada en Madrid. El cuerpo fue entregado al consulado británico de Huelva, que se encargó de su entierro al domingo siguiente.

Pero nada de esto pasó desapercibido para Adolf Clauss, técnico agrícola residente en la zona, que encubría con esta tapadera sus verdaderas funciones al servicio de la Gestapo. Como responsable de operaciones de espionaje en la zona del estrecho, Clauss poseía una amplia red de contactos incluso entre los funcionarios gubernamentales y militares de un país que, en teoría, era neutral en la gran guerra. Pese a los aparentes obstáculos, en realidad todo consistía en que el maletín pasara por manos proclives a colaborar con el Reicht, y pronto tuvo acceso a los documentos que contenía. Poco más tarde, Karl Erich Kühlenthal, agente superior de la Abwehr en España, viajaba a Berlín portando una copia de esos documentos.

El 14 de Mayo de ese mismo año, el gran almirante Karl Dönitz se reunía con el Führer para informar de su reciente reunión con Mussolini sobre el progreso de la guerra en el Mediterráneo. Dönitz comprobó con extrañeza como Hitler disentía de la opinión del Duce, quien preveía una inminente invasión de los aliados por las costas de Sicilia, pues afirmaba con vehemencia que disponía de documentos que demostraban que la previsible invasión de las fuerzas aliadas acantonadas en ese momento en el Norte de África se produciría en Cerdeña y el Peloponesio.

Mussolini fue por tanto informado de que Grecia, Cerdeña y Córcega debían ser defendidas a cualquier precio, y de que las tropas alemanas serían reubicadas a tal fin: la primera división de panzers fue transferida de Francia a Salónica, con apoyo de la Luftwaffe, y se ordenaron toda una serie de movimientos de la armada y el ejército orientados a la defensa de estos objetivos.

Ese mismo 14 de Mayo comenzaron a recibirse en el cuartel general del MI6 en Londres múltiples mensajes captados por inteligencia que, una vez decodificados, apuntaban al inicio de estos movimientos de tropas. Mientras, el propio Winston Churchill, por entonces de visita en los Estados Unidos, podía leer a su vez un escueto comunicado del brigadier Leslie Hollis que decía: «Mincemeat swallowed», lo que podríamos traducir como «se han tragado la carne picada».

La historia nos puede contar el resto: el 10 de Julio del 1943 el general Dwight Eisenhower, al mando de las tropas aliadas en la zona, desplegó dos ejércitos comandados por los generales Patton y Montgomery para el desembarco en Sicilia que, gracias entre otras razones a la desinformación causada por la operación Mincemeat, ofreció poca resistencia. Sicilia cayó en pocas semanas y finalmente el 18 de Agosto Benito Mussolini fue depuesto y encarcelado. Los ejércitos aliados cruzaron el estrecho de Messina. Se nombró un nuevo gobierno en Italia. Comenzaron conversaciones secretas con los aliados para la rendición. Había comenzado el fin de la guerra en el frente europeo.

Ese mismo año, Ewen Montagu, abogado en tiempos de paz que se incorporó como voluntario a los servicios de inteligencia del MI6 al inicio de la guerra, recibió la condecoración como oficial de la Orden del Imperio Británico por sus servicios al diseñar y ejecutar la operación Mincemeat.

Basada en una idea original de Ian Fleming, por entonces espía al servicio del MI6 y posteriormente conocido por ser autor de las novelas del agente 007, durante meses el MI6 estuvo trabajando en la ejecución de esta excepcional operación de desinformación plagada de variables incontrolables y con un altísimo riesgo de quedar en un intento inútil.

Ewen Montagu se encargó personalmente de obtener en un hospital de Londres el cuerpo de Glyndwr Michael, un indigente sin familia, al que prepararon hasta el último detalle y trasladaron en el mayor secreto al submarino HMS Seraph atracado en las costas del Este de Escocia. Desde allí lo llevaron a las costas de Huelva para buscar el lugar y el momento idóneo para arrojarlo al mar. El impulso de las hélices se encargo de ponerlo en destino. El almirantazgo recibió poco después el mensaje «Mincemeat completed».

El resto de la operación se convirtió en una tensa espera, mensajes filtrados para apoyar la credibilidad de la historia y toda la estrategia de una campaña militar de crucial importancia condicionada por la capacidad de unas pocas personas para tragarse un anzuelo.

Carne picada, duro apelativo para una desconocida operación de inteligencia que logró salvar tantísimas vidas y acortar el final de una cruenta guerra. Una historia que merece ser conocida y contada, con personajes reales cuyo papel, voluntario o forzado, fue fundamental en el final de la segunda gran guerra.

lapida_de_william_martinHoy Glyndwr Michael, el presunto mayor William Martin, descansa en paz en el cementerio de la Soledad de Huelva. Se puede visitar su tumba en la que reza la inscripción «Dulce et decorum est pro patria mori» (Dulce y honroso es morir por la patria).

A pesar de su injustamente olvidado papel en la historia, durante todos estos años nunca han faltado flores en la tumba de este héroe desconocido. Un misterio que se reveló hace solo unos pocos años. Isabel Naylor, hija de un trabajador inglés de la Rio Tinto Company Limited, había mantenido todo este tiempo la tradición iniciada por su padre cuando ella tenía solo catorce años.

Isabel Naylor vive aún, en Huelva. Hace poco fue condecorada con la medalla del Imperio Británico.

Esta es una historia real, aunque poco conocida. Existen múltiples referencias en la wikipedia, además del libro «el hombre que nunca existió» escrito en 1953 por el propio Ewen Montagu, del que poco después se realizó una adaptación al cine, y diversas referencias en la prensa, tanto de la época como actual. Los nombres y hechos citados son reales, y desde luego merecen ser conocidos.

En lo personal, es una historia de mi tierra. Puede que el cine nos tenga acostumbrados a que las historias de espionaje se desenvuelvan en escenarios lejanos y exóticos, y recurran a medios fabulosos para salvar el destino del mundo sometido a los mas fantásticos peligros. Cuesta creer que esto ocurrió en realidad en una playa donde yo jugaba de niño, un lugar para mi entrañable donde hace solo unas décadas se materializaron estrategias imaginativas y medios rudimentarios que decidieron el destino del mundo.

33 Comentarios

  1. Hola Isra. Una historia excepcional y llena de intriga, como tantas otras que ocurrieron en esa época difícil y decisiva de la historia de la humanidad, y que hoy desde la lejanía nos resulta apasionante. Sin duda hubo mucho trabajo detrás de la planificación y ejecución del plan, pero también mucha suerte en que los nazis picaran el anzuelo. La contribución de haber descifrado los códigos de la máquina Enigma contribuyó también a que los ingleses pudieran verificar el éxito del engaño. Gran artículo, muy bien documentado. Un abrazo.

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  2. Hola, Isra. Pedazo de artículo te has marcado (o te marcaste) sobre la operación Mincemeat. Completa a la perfección un pequeño párrafo de mi entrada, permitiéndonos entender un poquito mejor cómo trabajaban y pensaban los espías durante la II Guerra Mundial.
    Muchas gracias por tu trabajo.
    Un abrazo enorme.

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  3. ¡Wow! Menuda historia… lo que más me ha impresionado es el asunto de las flores. Además de la misión en sí misma, por supuesto. Cuántas cosas suceden de las que no tenemos ni la más mínima idea… la vida supera la ficción, ciertamente.
    ¡Buen aporte! Un saludo.

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  4. Un excelente aporte, y en efecto, a veces nuestra historia local es interesante, en lo particular me gusta mucho investigar sobre ello, y nos sorprende muchas veces lo que descubrimos. Abrazos desde Puerto La Cruz, Venezuela.

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  5. ¡Menuda historia, Isra! Y qué bien las has contado. Te iba leyendo y no me resultaba del todo desconocida. Tengo la impresión de haber visto alguna película sobre ello aunque El hombre que nunca existió me parece demasiado lejana, no sé… En cualquier caso merecía ser rescatada del olvido y tú la has recuperado muy bien. Me ha encantado leerte.

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  6. Interesante relato ocurrida dentro de uno de los episodios más convulsos de nuestra historia más reciente. Además, muy bien narrado y documentado, Isra. Gracias por compartir! Saludos!

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    1. Probando estilos y formas, siempre aprendiendo. Y si es posible, mejorando.
      Ya andamos con el próximo: quiero probarme con un narrador omnisciente que dialoga con el lector (algo bastante en desuso), un objeto que es el verdadero protagonista y una historia de las de caerse y levantarse, con cuatro o cinco tramas secundarias. ¡Hay que exigirse cada vez más!

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      1. Adelante con el reto! Lo de experimentar con el tipo de narrador, me encanta! Al decir eso de que dialogue con el lector, me ha recordado a un libro en que el autor lo usa como recurso. Félix J. Palma en «Trilogía victoriana». Si además, te gusyan los viajes en el tiempo, ties que leer esa trilogía.

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      2. Por cierto, necesito nombres, se me da bastante mal. ¿Me echáis una manita? Quiero nombrar a:

        Una limpiadora, inmigrante, limpia oficinas en Manhattan.
        Un abogado de Yale, mediana edad, confidente del prota, al final no es tan despreciable.
        La secretaria, se tutea con el jefe, joven, enamorada de un patan insufrible.
        El patan insufrible. No tendrá más que un par de frases, pero importa.
        La mujer del prota, se engañan mutuamente pero, extrañamente, se necesitan, y no lo saben.
        Un agente de bolsa, asesor del prota, causante de su ruina, y de sus cuernos.
        Un joven sobre cualificado, todo ideas y buena intención, clave en el resurgimiento del prota.
        Hijo e hija del prota, adolescentes, tópicos hasta la médula, les reservó un mal fin.

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  7. La historia es muy interesante y muy bien escrita, la he leído de un aliento. Tengo ganas relatarla en mi idioma para los lectores de mi país, no quiero decir que lo hago, aunque es lo que quería. Y me gusta tu «epílogo» con las reflexiones tuyos, a mí me parece que puedan formar parte del propio relato, es muy importante la percepción y la apreciación personal desde las alturas del futuro. Muchas gracias por compartirla. Saludos.

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    1. Muchas gracias, puedes contarla en tu idioma, traducida, adaptada o reescrita como mejor te parezca, desde luego que sí. Si quieres ampliarla hay bastante información en Wikipedia, tanto en español como en inglés, aunque creo que la mejor fuente puede ser el propio libro de Montagu que algún día quiero leer. Hay también bastantes imágenes, incluso una del cuerpo que no he querido incluir porque es bastante desagradable. Me pareció más ilustrativa la foto del submarino: es el verdadero, aunque desconozco la fuente y no sé si esa que aparece es la tripulación que llevó a cabo la misión.
      De hecho es una historia tan interesante que merece un tratamiento más profundo… ¡Pensar que la ideó el propio Ian Fleming en los tiempos en que el propio Alan Turing andaba peleando con la Enigma!

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        1. Te dejo algunos enlaces interesantes:

          La operacion Mincemeat en wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_Mincemeat

          Un documental de la BBC sobre el tema: https://www.youtube.com/watch?v=Gh8D3vA1mgk

          Un reportaje de Canal Sur sobre el tema:

          Un documental sobre «el hombre que nunca existió»: https://www.youtube.com/watch?v=pnmpgtHWG8k

          Y este otro documental, en castellano, me parece muy recomendable: https://www.youtube.com/watch?v=pnmpgtHWG8k&t=102s

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  8. Se me olvidó incluir que, además de inicial mayúscula, los términos que tengan que ver con instituciones, organizaciones… han de escribirse con letra redonda, es decir, igual que el texto principal. Y que cuando se trata de Imperios inicia con mayúscula el primer término.

    Ahora que has alineado el texto se ve más profesional.

    Gracias por tener en consideración mis observaciones, con personas como tú da gusto hacer crítica.

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    1. Al contrario, el agradecido soy yo por hacerme ver esos errores que había pasado por alto. Ya he corregido el texto según esos criterios… de los que me he asegurado antes para quedarme con la norma.
      De todas las cursivas solo ha sobrevivido el término «panzers» que considero un préstamo al idioma, pero no es un acrónimo ni representa una institución, sino solo un modelo específico de tanque.

      Además he corregido algunas tildes y alguna que otra mayúscula.

      Muchas gracias, Fran.

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  9. Hola, buenas tardes.
    Una historia interesante que, de no ser por ti, habría pasado desapercibida para mí. He leído los comentarios y he de hacerte saber que no concuerdo contigo en que sea lo mejor que has escrito. Me baso en algo que me ha llamado la atención y que al desconocer el motivo, si te apetece, me gustaría saber la intención que conlleva la aparición de algunos términos que aparecen en minúscula y en cursiva.

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    1. Muchas gracias, Fran. He puesto en itálica aquellas palabras que entendía que aún siendo sobradamente conocidas, al no pertenecer al castellano (gestapo, panzers, duce, etc…) merecían distinguirse del resto, así como la cita latina de Horacio que está en la lápida.

      No sé si es lo más correcto, pero me ha parecido adecuado para indicar aquellos términos o expresiones que podrían generar dudas al lector, y a la vez distinguirlos de los nombres propios que, aún siendo foráneos, al empezar por mayúscula se deberían poder diferenciar con claridad.

      Quizás debería haber incluido enlaces a los menos conocidos, como «abwher». ¿Como lo ves tú?

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      1. Lo de la cita tiene un paso, pero cuando se trata de acrónimos, según la RAE, estos han de ir con mayúscula. Tampoco se trata de extranjerismos, sino de corporaciones o instituciones extranjeras y según el apartado (a) Letra mayúscula inicial del tema uso de las mayúsculas, deberías subsanar el error. Y con respecto a lo de convertirlas en enlaces me parece correcto, ya que así se disiparía cualquier tipo de duda o desconocimiento. Y, puestos a pedir, si alineases o ajustases el texto, mejor que mejor.
        Si no te resulta convincente mi respuesta puedes consultar en las siguientes entradas
        Apartado 1 en acrónimos http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=Tvd5E55ArD6uxbj2i5
        Apartado a uso de las mayúsculas https://franciscoizquierdoblog.wordpress.com/2017/01/13/3446/

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      2. Lo de la cita tiene un paso, pero cuando se trata de acrónimos, según la RAE, estos han de ir con mayúscula. Tampoco se trata de extranjerismos, sino de corporaciones o instituciones extranjeras y según el apartado (a) Letra mayúscula inicial del tema uso de las mayúsculas, deberías subsanar el error. Y con respecto a lo de convertirlas en enlaces me parece correcto, ya que así se disiparía cualquier tipo de duda o desconocimiento. Y, puestos a pedir, si alineases o ajustases el texto, mejor que mejor.
        Si no te resulta convincente mi respuesta puedes consultar en las siguientes entradas
        Apartado 1 en acrónimos http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=Tvd5E55ArD6uxbj2i5
        Apartado a uso de las mayúsculas https://franciscoizquierdoblog.wordpress.com/2017/01/13/3446/

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        1. Hola de nuevo, estoy viendo esos enlaces y consultando lo que me dices. Hay que aprender a cada paso. Pero he observado algo extraño: tus comentarios me salen como pendientes de aprobación, cuando yo creo tener configurado este asunto para que eso no sea necesario y todos los comentarios aparezcan siempre, sin necesidad de aprobación. ¿A qué puede deberse esto? Estoy revisando la configuración y no doy con la razón.

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          1. Sobre eso nada sé, pues me ha sorprendido cuando el primero ha salido directamente y el segúndo, que por cierto lo he enviado dos veces creyendo que no lo había enviado.
            Tal vez se deba a algún problema interno de la plataforma.

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  10. Este artículo merecería ser conocido por mucha mas gente que la de la «blogosphere»…
    Siempre me ha interesado conocer lo que estaba detrás de las «verdades» , publicadas , soy bastante mayor para acordarme de muchos hechos pasados ….
    Te doy las gracias por la entrada de hoy , y espero escribas otras de igual importancia histórica.
    Ciao

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    1. He tratado de ceñirme a los hechos, que son conocidos y están ampliamente documentados.
      Me atraía desvelar el papel de los héroes anónimos, verdaderos agentes de la historia que pasan desapercibidos por la tendencia a resumir los hechos centrándose en las grandes figuras y los hechos más evidentes.
      La historia la escriben los pueblos. La gente corriente. Son la fuerza que genera y padece los grandes acontecimientos. La gloria no puede estar tan mal repartida: el mejor libro de historia que existe es la guía telefónica: al menos salen los nombres de todos los protagonistas.

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