¿Es la esencia del faro
robarle marinos a la mar
y naves a los escollos?
¿Dónde reside su corazón
si no en su lámpara?
¿No es acaso su alma
esa luz salvadora
que siega la niebla?
¡Que no te ciegue su luz!
Farero, tiempo, letras,
Todo está en su interior.

Esta es mi participación para el mes de Marzo en el reto “Emociones en 50 palabras” de Sadire, una poesía bastarda —como todas las mías— que paso a explicarte:
La imagen es inspiradora, tanto, que su luz te guía sin remedio a lugares comunes. Faro, tormenta, naufragio, salvación, guía, retorno, puerto y la mar, siempre la mar.
Pero el faro es también la morada de un filósofo, el farero. Desde su voluntario encierro el morador del faro se convierte en solitario testigo de su propia existencia. No me resulta complicado imaginarme en su papel. Si el faro triunfa sobre la oscuridad, el farero lo hace sobre las soledades que le envuelven. Ajeno a lo mundano, recogido como un eremita en su alta torre sobre el inhóspito acantilado, hosco sin ser huraño, paciente, el farero disfruta de un verdadero tesoro que está reservado para muy pocos: Su tiempo.
Le imagino, y también a mí, rodeado de libros por doquier. Estanterías, anaqueles, libros por todas partes, abiertos en su sencillo dormitorio, apilados de cualquier manera en los peldaños de las escaleras o reposando impacientes en la mesa de madera ante la chimenea. Y así el faro se convierte en granero de palabras y semillero de ideas, en fortaleza de la razón y baluarte del pensamiento, en bálsamo de ausencias, en archivo de sueños y morada ancestral de toda clase de historias.
Pienso que la luz que el faro arroja al infinito no es nada en realidad comparada con la suave penumbra bajo la que el farero, filósofo a tiempo completo, saborea cada página de un buen libro.
¿Cómo expresar todo esto en cincuenta palabras?
¡Qué buen poema, Isra! Incuba hermosas inversiones: la luz del faro arrancando “marinos a la mar” y “naves a los escollos”. Nos provoca una ardida esperanza… hasta que opera la inversión de la inversión: su presunta luz redentora puede cegar y, más que salvarte, decorarte (como un hueco negro, casi). “Todo está en su interior”. La luz raspando la oscuridad hasta que ciega… Merece un grabado este poema. Abrazo.
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Como siempre descubres claves que yo no había sabido ver. Tiene un punto intuitivo todo esto, y quizás resida ahi la magia de esta forma de expresión que es, sobre todo, forma de comunicación: el texto crece (o merma) cuando alguien lo lee, se vuelve distinto, adquiere nuevas dimensiones cuando se lee y se interpreta.
¿Estará la maestría en anticiparse a esa transformación y sembrar en el texto anclas al imaginario del lector para provocar sus reacciones? ¿Lo crees posible, amigo?
Un abrazo!
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Semana lanza pre Isa= semblanza 🙃🙃🙃
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A veces, más que corrector ortográfico, es corrector ortopédico!! 🤣🤣
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Una semana lanza pre Isa de faro y farero. Tenias razón, con cincuenta palabras no era suficiente. Besetes.
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Yo con cincuenta palabras no tengo ni para empezar, sea el tema que sea. Por eso me atrae quizás este reto de Sadire, para obligarme a sintetizar y a escoger con pinzas cada palabra.
Abrazos!!
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Que va, muy “corregible” como siempre. Pero tú me miras con buenos ojos, y a mi me encanta que sea así.
Cada mes me das un motivo para hacer algo y yo te correspondo con un pequeño esfuerzo, ese es mi premio, que gano siempre.
¿Sabes? Tenemos un concepto equivocado, eso de que el sacrificio tiene su recompensa: la recompensa es precisamente el esfuerzo, tener un motivo, trabajar, hacer… lo que venga después ya no importa ni alimenta, no hay zanahoria al final del palo, es el camino lo que importa, no el horizonte.
Un abrazo verdadero!
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Pues lo has hecho a la perfección. Tenemos una imagen común del farero y también de su responsabilidad y lo que supone que representa para los marineros. Precioso relato, compañero.😘
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