Seiscientos.

Ya somos seiscientos compañeros en esta aventura. No me gusta la palabra seguidor. Aquí no nos seguimos: vamos. Cada uno a su paso, escribiendo, leyendo, comentando, compartiendo… El camino siempre se hace más fácil en buena compañía. Y yo os agradezco mucho la vuestra. Es lo que le da sentido a esto. Es lo que hace que merezca la pena.

Es la diferencia.

No podía encontrar imagen más evocadora que la de este modesto héroe de las carreteras, el seiscientos, un vehículo que no corría mucho ni llamaba la atención. Sin pretensiones ni alardes, este utilitario estaba al alcance de cualquiera. Sí, era asequible. Bonita palabra.

Así quisiera que fuera este blog: asequible. Fácil, sencillo, entrañable si es posible, y siempre con las puertas abiertas.

Muchas gracias a todos los que sigo, más de seiscientos, por todos esos buenos ratos que me regaláis con vuestros textos. Y gracias, muchas, también, para los más de seiscientos que pasáis de vez en cuando por aquí.

¡Seiscientos abrazos!