900.000 razones.

Parece ser que finalmente Dylan si recogerá el Nobel de Literaloquesea, según publica hoy algún diario. Dice esta fuente que Dylan y la Academia (conste que pongo las mayúsculas porque me salen gratis) han quedado, sí, ¡han quedado!, este próximo fin de semana. Es un verdadero alivio saberlo, la verdad, sobre todo para los funcionarios suecos que han estado durante meses knocking on heavens door sin ningún resultado.

Es pura casualidad que esto ocurra precisamente ahora, a solo unos días de que expire sin respuesta el plazo para recibir el premio, y los 900.000 eurazos que tiene de dotación económica acaben blowin’ in the wind. Se entiende que alguien en el círculo más cercano del artista ha reaccionado como un hurricane para evitar que esos billetes se vayan por las cañerías like a rolling stone. ¡Con lo que cuesta desatascarlas!

Algunas things have changed para que Bob haya cedido y se haya dicho a sí mismo don’t think twice, it’s all right, dando marcha atrás por una gran causa, en este caso su cuenta bancaria.

Nada nuevo bajo el sol. En el fondo esto solo es un simple twist of fate que devuelve el equilibrio a un mundo tan perfecto que it takes a lot to laugh and it takes a nobel prize to cry.

Espero que os haya gustado esta entrada que he querido engrandecer incluyendo gran parte de la obra literaria del autor. No me ha quedado mal, ¿verdad? Yo creo que si sigo por este camino podré estar en condiciones de disputarle el próximo nobel de literatura a Belen Esteban. No lo tengo claro, es solo una posibilidad, pero yo por si acaso ya estoy afinando la zampoña…