A un paso del cielo (1)


1.

Un intenso aroma a problemas terminó de despertarme cuando ya me iba acercando al Centro Espacial Kennedy. Demasiadas ventanas con luz en el edificio a esas horas de la noche. Demasiados oficiales por todas partes. Demasiado celo en el control de acceso.

Después de aparcar e identificarme en la entrada pude llegar a mi mesa en Control de Misión. Allí me esperaba un armario con corbata negra, traje gris y cara beige a juego. Problemas. Tras enseñarme su placa para ahorrarse explicaciones me llevó prácticamente a rastras a una de las salas de reuniones. Puede que el tipo fuera simpático en su tiempo libre, que llevara flores a su mujer en los aniversarios o que se tumbara en el suelo a jugar con sus hijos, pero aquella cara de mármol solo respondió con un escueto «órdenes de arriba» a mis continuas preguntas y mis protestas. El café tendría que esperar.

La sala estaba ruidosamente tranquila como una guardería después de comer: la mitad estaban dormidos y la otra mitad protestando. Nadie parecía saber por qué nos habían sacado a todos de la cama las cuatro de la mañana, pero definitivamente allí olía a problemas.

La entrada del agente Wells junto a otros tres federales creó el silencio y capturó todas las miradas. Su presencia era como una ducha de agua fría. Pelo rapado para burlarse de la alopecia, rasgos severos labrados en un rostro sin edad y un cuello tan rígido que raramente se dignaba a girarse, dejándole todo el trabajo a sus ojos de halcón. Tomó la palabra y tras presentarse brevemente diseccionó la situación con un escalpelo.

-El astronauta Darlians ha muerto. Oficialmente ha ocurrido un accidente mientras realizaba maniobras extravehiculares. Mis hombres y yo estamos a cargo de la investigación. Todos ustedes colaborarán en cuanto se les indique. Este asunto se ha declarado de alto secreto. Ninguno de ustedes hará comentarios o compartirá información sin autorización expresa. Nadie entrará o saldrá del recinto sin autorización.

Hizo una breve pausa para asegurarse de que le habíamos entendido.

-Preparen de inmediato un registro de actividad de las últimas veinticuatro horas en sus respectivas áreas de responsabilidad. Y céntrense en lo importante, nada de tecnicismos. Ahora pueden dirigirse a sus puestos de trabajo.

No dijo nada más ni quiso responder a ninguna pregunta. Todos salimos de allí realmente impactados por la noticia y nos dispusimos a reunir fuerzas para hacer lo que se nos había ordenado. Era difícil no haberse encariñado con aquel chico después de tantos meses de trabajo, pero en aquel momento no había espacio para el estupor, las lágrimas o el duelo. Todo eso tendría que esperar. Eran órdenes de arriba.

Faltaban algunos minutos para que la Estación Espacial estuviera sobre el horizonte y tuviéramos comunicación directa. De momento los operadores de los radiotelescopios que hacían el seguimiento de la estación se estaban limitando a reenviar a ciegas la información que recibían. Esa información se distribuía desde aquí a los centros de todo el mundo que trabajaban con los distintos laboratorios y dispositivos de mantenimiento de la estación, pero ciertas órdenes ejecutivas habían establecido cortafuegos para evitar que se filtrara la noticia de que había muerto un astronauta en el espacio.

Mientras leía en mi monitor los registros de actividad médica para actualizar mis informes empezamos a recibir video del accidente en las pantallas centrales. Una oleada de lamentos, murmullos y sollozos acompañó las primeras imágenes. La escenas que mostraba el traslado del traje espacial que contenía los restos de Darlians, flotando en caída libre por los estrechos pasillos, provocó la catarsis de todo el equipo. Puestos en pié, en el más absoluto silencio, empezamos a asumir realmente la tragedia.

Una toma más cercana mostró con claridad el casco espacial abierto y con los cierres destrozados, causa segura de una muerte rápida por anoxia, descompresión y congelación. Una muerte rápida pero horrible.

Reaccionamos. Éramos todos profesionales y nos refugiamos en nuestras distintas especialidades. Hicimos comentarios de todo tipo especulando sobre las causas del accidente, como un golpe fortuito o el fallo de alguna herramienta, aunque la conjetura que parecía tener más éxito, aún siendo la más improbable, era el impacto de un fragmento de basura espacial. El mas pequeño e inofensivo resto de un panel solar se podía convertir en un proyectil mortífero cuando impactaba a 30.000 kilometros hora. Pero a muchos nos quedo la sensación de que ese cierre se había forzado intencionadamente para abrir el casco, aunque nadie se atrevió a decirlo en voz alta.

Traté de volver a mis informes cuando sentí vibrar mi móvil. Lo llevaba en silencio desde la cena, hacia algunas horas. ¿O habían sido siglos quizás?

Avísame cuando leas esto. Estas en el centro?

Estoy en el centro. Estamos todos. Estas bien?

 Claude está muerto.

 Lo sé, es horrible. Como ha sido?

 Fuera, se le abrió el casco.  De repente ha gritado y hemos perdido la comunicación. No hemos podido hacer nada.

 Esto está lleno de federales

 q?

 Espera. Luego hablamos. Ten cuidado.

Escondí el móvil con disimulo porque vi que se acercaba otro de los tipos de negro. Una nueva reunión.

Esta vez estaba yo sola con Haynes, ayudante de Wells. Me preguntó por el estado de todos los tripulantes en las horas y días previos, sobre todo de Claude. Le informé de las diversas patologías que habían experimentado últimamente: nada más allá de las secuelas lógicas del aislamiento prolongado.

Pero Haynes insistió mucho en rastrear pautas que pudieran justificar un posible suicidio, sin llegar a mencionarlo nunca.

-Perdone agente, pero estamos hablando de un accidente, ¿verdad?

-Oficialmente. Control de daños, ya sabe. Pero los técnicos no nos dicen nada definitivo y no tenemos audio ni video del incidente. Si hubiera indicios de algo extraño tendríamos que verificarlo antes de que los medios encuentren carnaza en el asunto.

-Profesionalmente dudo muchísimo que Claude Darlians tuviera motivos para quitarse la vida. Y personalmente estoy segura de que no lo hizo.

-No debemos descartar ninguna opción. Piense que hay cuatro personas allá arriba y una de ellas ya no puede matar a nadie.

-Oiga ¿no estará pensando usted…?

-Doctora, nos pagan por pensar en ese tipo de cosas. No descartamos ninguna hipótesis, y no tenemos pruebas ni testigos de lo que ha ocurrido. Prepare por favor un informe completo y perfiles psicológicos de los cuatro tripulantes.

-Desde luego. Aquí tiene las evaluaciones rutinarias y el seguimiento, pero ahora tendré que revisarlos desde… desde esa nueva perspectiva.

Si, yo había visto el cierre del casco destrozado, pero no podía creer que no se tratara de un accidente. Aquel agente estaba paranoico. O buscaba un ascenso. O puede que ambas cosas. Porque era imposible que cualquiera de aquellos cuatro chicos que estaban en la cumbre de sus carreras, en el lugar donde habían soñado estar todas sus vidas, pudiera llegar a cometer semejante locura.

En cuanto al suicidio, Claude era joven, sano y alegre, disfrutando de los mejores momentos de su vida. Era imposible que quisiera suicidarse. Y en cualquier caso nadie querría darse a sí mismo una muerte tan horrible; puestos a quitarse la vida seguramente habría encontrado mil formas menos dolorosas.

Y con respecto al asesinato, lo veía aún más imposible. Los conocía a todos muy bien. Llevaba meses tratando con ellos; eran jóvenes y experimentados. Todos habían pasado un complejo proceso de selección y entrenamiento en el que se habría manifestado cualquier tendencia destructiva o remotamente homicida en alguna de la infinidad de pruebas a las que los habíamos sometido.

Imposible. Había sido un accidente.

Terminada la reunión volví a mi mesa para completar esos informes, pero procuré estar atenta a los paneles de video de la sala y empecé a buscar información por mi cuenta en el ordenador, hasta donde me permitía mi nivel de seguridad.

Estaba segura de que había sido un accidente, pero quería descartar todas las demás imposibilidades.

 

Continúa en A un paso del cielo (2)


Hola a todos. Lo que acabáis de leer es un nuevo inicio de algo. En el poco tiempo que llevo aprendiendo a escribir he intentado diversos estilos, excepto la poesía para la que me confieso un inútil. En este caso se trata de un ejercicio que escribí hace unos meses y que, como suelo hacer, abandoné para retomarlo más tarde.

Quería asomarme al suspense, pero trasladando los clichés del género a un ambiente distinto: la historia trata sobre un asesinato en la estación espacial. A diferencia de intentos anteriores, esta vez si que trabajé algo más la estructura y el argumento, de hecho sé quien es el asesino pero no os lo voy a contar… al menos por ahora.

Es solo un borrador. Llegué a escribir cuatro capítulos, de los que os acabo de presentar el primero. La intención era desarrollar una pequeña parte para trabajar con los errores, reajustar el argumento y los personajes, y de paso experimentar con las descripciones, los diálogos (de forma clásica e introduciendo el whatsapp en la narración) y con el estilo narrativo en general. En fin, se trataba de probarme con esta historia sabiendo que la tendría que reescribir, si es que merecía la pena hacerlo. Tengo mucho que aprender, y mucho que mejorar. Y creo que este es el camino.

Me motivan las dificultades. Escogí que la protagonista fuera mujer y fuera psicóloga para obligarme a adoptar perspectivas de las que no tengo mucha idea. Pero no es casualidad: necesitaba un perfil que no fuera técnico para que tuviera el mismo desconocimiento que el lector de la tecnología que mantiene esa nave allá arriba, y a la vez necesitaba establecer un vínculo entre el cielo y la tierra más allá de lo profesional.

Más dificultades: Escogí el contexto porque siempre me ha impresionado que tengamos esa gigantesca estación dando vueltas ahí arriba y no sé como es ni como funciona. Escogí el thriller porque solo he tenido contacto con el género como espectador. Y no me he ahorrado otros obstáculos, como ese imposible diálogo por whatsapp que genera un hilo de comunicación alternativo que será clave en la trama.

En definitiva, miradlo como lo que es, un mero ejercicio. Os agradecería mucho vuestra crítica, pues los ejercicios son precisamente para corregirlos. No necesito saber lo que está bien, sino lo que no lo está.

Muchas gracias.

19 Comentarios

  1. Me ha intrigado, la verdad. El arranque es como debe ser, con un misterio que deja con ganas de más, pero estoy de acuerdo con Lidia: hasta que dices que está «sola», introduciendo el género, no sabía si era hombre o mujer, lo que puede llevar, por la predisposición estereotipada, a pensar en él y no en ella.
    Otra cosa que a lo mejor es una tontería, pero me he perdido con la frase «Allí me esperaba un armario con corbata negra, traje gris y cara beige a juego»; la he tenido que releer porque me ha venido la imagen de un guardarropa 🙂 y lo de la cara beige no me cuadraba.
    A mí me gusta, si escribo algo que transcurre en el presente (o pasado inmediato) o en el futuro (ci-fi), incorporar métodos de comunicación como correos, mensajes de móvil o lo que sea. Creo que añaden verosimilitud al ser una forma tan válida de conversar entre humanos como el diálogo presencial de toda la vida.

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  2. ¡Si supierais que lo peor de todo esto es que yo sé desde el principio quién es el asesino y soy tan idiota que me muero de ganas de decirlo!! Tuve que borrar más de un párrafo porque me iba de la lengua!! 😂😂😂

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  3. Ya tengo lo del móvil! Se lo ha dejado olvidado el día anterior… Eso es además un apunte de su personalidad ¿por qué nos caerá tan simpática la gente que es despistada?

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  4. Hola! Me ha gustado este inicio misterioso. Le veo un par de cosillas que quizás no cuadran… Dices que están en seguridad máxima y les advierten de ello o todos los que van a participar en la investigación. Si eso fuera así, creo que lo primero que harían es aislarlos de cualquier contacto con el exterior, así que lo suyo sería confiscar móviles o inhibir la señal. Lo digo por la conversación que tiene la prota con alguien mediante mensajería. Otra cosilla, es que he tardado en darme cuenta que la prota era mujer. Quizás ha sido una cosa mía, pero hacer que el lector cambie la visión que se ha realizado del personaje es un pelín costoso. Mejor si de un principio dejas claro que es mujer y a qué se dedica exactamente. Supongo que es psicóloga o médico. El resto, contexto, léxico, descripciones… Están geniales!! Y uno se queda con la intriga de cómo ha muerto el joven astronauta!! Enhorabuena!! 👏👏 Un saludo 😊

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    1. Muchas gracias lidia, llevas toda la razón en lo que apuntas, y sin embargo necesito que ese movil esté ahí funcionando, tengo que buscar la forma de que no sea una contradicción.
      Lo otro sería tan sencillo como introducir por ejemplo un par de líneas de diálogo entre ella y el vigilante, donde confirma su nombre: Ellaine. Los nombres de los protagonistas son un medio excelente para decir mucho de ellos con una sola palabra, ¡tendría que haber caído en eso!

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      1. Bien pensado!! Para lo del móvil… Qué tal si optas por un «busca» de esos que se usaban en los 80-90? No sé, puede que a la prota le gusten los aparatejos retros y tenga uno de esos… Es solo una idea!! Jajaja me encanta el proceso creativo que se crea a la hora de crear una historia y desenvoluparla. Un saludo 😊

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  5. Sí, deja con muchas ganas de seguir leyendo. De momento ya has conseguido atrapar la atención del lector en el primer capítulo… Escenario complicado, bastante, en mi opinión, porque no tengo ni idea de cómo se desarrolla ese trabajo ni las tecnologías necesarias, lo que precisaría un amplio proceso de documentación precio. Por lo demás, nada que objetar. Está muy bien estructurado, la narrativa es excelente y sí es cierto que esa conversación vía whatsapp con la estación sorprende, y mucho. Enhorabuena Israel! Ahora no nos dejes con las ganas…

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      1. Yo no lo veo frío… A ver, estás intentando escribir un thriller, género que para mí sería todo un reto por no decir un imposible. No puede tener calidez… Quizá en algunos momentos sí, que se note el lado humano de los protagonistas y no sólo la frialdad que su profesionalidad les exige, pero en general…

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    1. Ese whatsapp es una incoherencia: si digo que no llega vídeo hasta que la estación salga por el horizonte y la vean los radiotelescopios, ¿como puede estar activo el whatsapp?
      Eso tendría que solucionarlo, pero me atraía incluir ese recurso para hacer la historia más actual y cercana.

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  6. A mi me ha dejado con ganas de seguir leyendo. Quizá el escenario pueda resultar problemático por desconocido. Tendrás que dedicar tiempo a buscar información sobre la temática para hacer que resulte creíble (o verídico ) y que de esta manera el lector consiga imbuirse en la historia. Protagonista femenina: buena elección…jaaajjj

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    1. Cierto, todos sabemos que la ISS está ahí arriba, pero no sabemos cómo es en realidad. Me bajé algunos planos y vi imágenes y vídeos, es bastante complejo y tampoco se trata de aburrir al lector con demasiadas descripciones y tecnicismos, solo situar la acción y aportar los elemento fundamentales. En realidad a la gente solo le interesa saber cómo hacen pipi y popo los astronautas, 😂😂😂

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