La crítica que espero.


Agradezco como cualquiera cada vez que alguien se apiada de lo que escribo y lo manifiesta pulsando la estrellita de marras, o comentándolo o a veces incluso compartiéndolo.

Más allá de los miligramos de autoestimina y de repercusiones infinitesimales en ese universo oscuro del posicionamiento que todavía no entiendo bien, todo eso a mí no me alimenta. Básicamente y modestia aparte porque lo bueno lo sé, y a mi me interesa saber lo malo.

En realidad si aporta valor crítico, pero por oposición. En este entorno donde nos respetamos tanto que criticamos siempre en positivo, la ausencia de beneplácitos en un texto concreto es en realidad un indicador de que algo falla. Un escrito con menos aceptación de la habitual necesariamente ha dado motivos para ello, y al menos uno sabe donde tiene que buscar.

En otras palabras, a falta de que alguien se atreva a decirme «la has cagado en esto», «eso no me gusta», «no transmite», «tienes faltas» o cualquiera otra de esas pistas tan importantes para orientar la propia mejora, al menos sé que he escrito algo que cojea, aunque no sepa de qué pierna (de haberlo sabido no lo habría escrito así).

Por eso invito a quienes me léeis a que no tengáis el menor reparo en señalarme los fallos, sean de bulto o a nivel minucia, porque es el mayor favor que podríais hacerme. Hacedlo sin piedad ninguna, sin acritud y si es posible, sin exceso de respeto. Creo tener la espalda ancha para cargar con mis propios errores y desde luego cimientos de ilusión y optimismo suficientes para no venirme abajo al contemplar con los ojos de otros que hago las cosas todavía peor de lo que creía.

Raro es que pida algo que yo no hago, pero no puede ser de otra forma. Yo, como vosotros, trato de que mis actos y palabras sean útiles  a los demás, razón por la que no me permito criticar sin conocer, ni subirme a pedestales que no me he ganado – y a los otros tampoco -, ni poner tachas sin los criterios que no tengo. No me atrevería a decir algo que pudiera hacer más daño que bien, esa es mi actitud.

Únicamente lo haría si alguien, como yo hago ahora, me lo pidiera. Si me diera su permiso para ser sincero y decir lo que pienso, aunque pueda estar equivocado y aunque pueda doler. Y si me garantizara, como yo os garantizo, que jamás me tomaré a mal una crítica, por mucho que pueda no estar de acuerdo con ella, y que entiendo perfectamente que criticar un trabajo no es criticar a quien lo hace, sino tratar de ayudarle a que lo pueda hacer mejor.

Así que os agradecería que utilizarais conmigo la estrellita del «no me gusta» que no existe en este sitio, y si de paso explicáis por qué, sería el mejor de los favores que podríais hacerle a este aprendiz.

26 Comentarios

  1. Te apoyo 100%, porque sin críticas uno no avanza. Uno no es buen juez de uno mismo y estar sujetos a nuestra propia opinión, es como actuar ante un teatro vacío o ante un público que no se manifiesta. Esto mismo se lo comenté a un escritor y me respondió que lo mejor era buscarlas, pedirlas, pero nunca esperarlas, más aún si se trata de críticas constructivas. Un abrazo Israel.
    Por cierto, acabo de premiarte, ya que considero que tú y tu blog, son magníficos. Bloger Recognition award, es todo tuyo y creeme que tengo más criterio que la academia sueca. Besos!!!

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    1. Zoe, ¡no me hagas esto por favor! Ahora me toca matarme durante meses o años para tratar de mejorar y estar a la altura de todo eso que acabas de escribir. ¡Con lo cómodo que es decepcionar!

      En serio, muchas gracias porque cosas así le dan sentido a otras mil que no lo tenían.

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      1. ¿Decepcionar tú? Me sorprendes, creo que realmente necesitas unas críticas profesionales para que te abra los ojos, porque escribes estupendamente, pero no lo sabes. Si quieres, puedo intentar contactarte con una persona experta en la materia.
        Besos, el premio es todo tuyo, te lo mereces!!!

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  2. Habrá casos y casos pero, generalmente, que analices o critiques algo en voz alta no implica que quieras sentar cátedra ni te creas en posesión de la «Verdad», por mucho que el empleo de un lenguaje en exceso asertivo pueda confundir a veces. Uno expone su pequeña verdad, esto sí, su punto de vista personal. Cuando esa opinión llega libre de impurezas (intereses, dobles intenciones), cuando es sincera, esa pequeña verdad («Verdad» en cuanto a que efectivamente se siente, se piensa en uno) es una joya, un regalo impagable, pues solo de esa persona puede brotar y solo ella nos la puede mostrar.

    La veracidad con que uno expresa lo que lleva dentro es factor esencial en la comunicación y, por supuesto, de la creación artística. Un texto que no transmite de manera fidedigna y cristalina la verdad de quien lo escribe -que no nos cuenta a ese ser real- carece de interés. Por muchos artificios que contenga, por ingeniosas que sean sus frases, por bien construido que esté; servirá, todo lo más, de pasatiempo.

    La necesidad de artificio tal vez se deba a la inexperiencia del escribiente y, sobre todo, a su falta de confianza. Puede que uno perciba su propio vacío interior y se sienta incapaz de encontrar en él algo digno de expresarse, algo que sin necesidad de manosearlo ni adornarlo pueda interesar al lector. Sin embargo, de esa aparente «nadidad» personal brota lo que de verdad conmueve e interesa, este es el inagotable manantial (propio o ajeno) del que uno quiere y ha de beber, el único que calma la sed.

    Creo que es importante tenerlo en cuenta, tanto si uno escribe para conocerse, para aclarar y estructurar sus ideas, como si busca lectores. En el arte no sirve practicar, ni probar, hay que jugarse la vida con lo que uno tiene y quedar con el culo al aire, si no, ¡a quién le interesa!.

    Saludos.

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  3. Algo he conseguido: estamos hablando de lo que hacemos. Y de como mejorarlo. Eso en sí ya es positivo. No estamos solos. Además de escribir, de leernos unos a otros y de tirarnos flores que siempre alegran, yo por lo menos tengo la necesidad de hablar de lo que hago, de que me digan lo que hago mal y también de ayudar en lo que pueda a los demás. Porque creo firmemente que la mejor manera de recibir es dar antes. Solo por esto ya ha merecido la pena este post y los comentarios que estamos haciendo.

    Criticar no es subirse en un pedestal y convertirse en el dictador del buen gusto. La critica buena, la constructiva, nos muestra maneras de mejorar. Tambien hay que estar preparados para otro tipo de críticas, porque no todo el mundo es bienintencionado, pero eso es un riesgo que hay que correr en la escritura y en la vida misma. Pensad que cada vez que leen nuestras cosas y No pulsan el «me gusta» hay algo que ha fallado, y si no lo averiguamos difícilmente podremos corregirlo o mejorarlo.

    Tiendo a pensar que todo el mundo esta en mi situacion, y aunque no es asi, seguro que todos tenemos muchos puntos en común: queremos escribir, queremos que nos lean, pero también estamos aprendiendo y no tenemos profesor, ni más referencia que únicamente halagos.

    Los halagos no enseñan nada, te dicen lo que ya sabes, que has escrito algo que a ti te ha gustado (y por eso lo publicas) y que también les ha gustado a otros. No, eso no enseña nada. Se agradece muchísimo porque anima a seguir, y porque da cierta satisfacción comprobar que a alguien le gustó lo que hiciste. Pero no enseña. Al contrario, te puede conducir a una via de autocomplacencia que anule tu propio sentido crítico y te haga acomodarte en la respuesta cordial de gente que te aprecia y te valora, pero no son totalmente sinceros contigo.

    Lo que realmente enseña es saber lo que haces mal, lo que hace que la gente pase por tu escrito y no le guste, saber qué les transmite, cómo les hace sentir, saber si les ha interesado la historia o se identifican de alguna forma con los personajes.

    Lo único que realmente echo en falta en este mundillo es la forma de criticar en privado. En mi mundo los agradecimientos se hacen en público y las críticas en privado, porque así se protege la dignidad y se evita el riesgo de que quien critica cruce la linea de ayudar a otro y se dedique a demostrar en publico todo lo que sabe, a costa de los errores ajenos. Eso es deplorable.

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  4. Pues hoy no puedo darte una crítica que te haga crecer, pues estoy de acuerdo en lo que planteas y lo que es más es algo que yo también pediría que se haga con lo que escribo, por lo tanto tienes mi permiso. Adelante con ello. Un abrazo

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  5. A mí también me gusta la crítica constructiva, pero… si no me gusta algo prefiero callarme, porque ¿quien soy yo para criticar a alguien y sus obras? Es muy fácil ofender a un artista (en un sentido amplio) y si vas a hacerlo deberías tener razones de peso. Un saludo cordial.

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    1. ¿Quien eres para criticar? Pues alguien que ha leido un texto, y puedes opinar perfectamente sobre esa experiencia, desde tus conocimientos y tus preferencias personales. Eso no te situa por encima ni por debajo de nadie, solo te pone a su lado en este camino de escribir. Y siendo un camino tan largo, es muy importante estar bien acompañado.

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      1. Tienes razón, Israel, eso sí. Aunque hay personas para quienes la crítica cuesta algo. En todo caso, sí veo algo que a mí me parezca merecido para criticarlo, lo hago sin dudarme. Y además te leo justamente porque me gusta lo que escribes (en el caso contrario no tardara tiempo para eso), y indirectamente eso significa la crítica positiva, ¿vale? Un cordial saludo.

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  6. Yo te vengo siguiendo desde antes de tu actividad en la blogosfera, y entiendo perfecto lo que planteas. Hasta tengo las mismas aspiraciones que tú.
    Pero, por las dudas, no pidamos milagros, Israel; creo que somos muchos más quienes esperamos ser corregidos, que quienes están dispuestos a señalarnos los errores (y a tomarse el tiempo para hacerlo).
    De todos modos: gracias, una vez más, por estas expresiones tan sinceras, honestas, claras y, por sobre todas las cosas, respetuosas. Como todo lo que escribes.

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      1. Israel, vamos a decirlo claro. Yo lo siento igual que tú, y seguro que otros también: «por favor, léanme con atención, y díganmelo todo, que lo necesito para seguir adelante con esto». Es lo que quisiéramos decir y lograr. Pero, en realidad, es una larga labor que se nos va dando con cuentagotas.

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      1. Así es. Pero, yo al menos, desearía que fueran más. Escribo para que me lean, sí, pero también para que de ahí derive cierto interés por lo que uno publica. Hay veces que acabas de publicar una entrada, inmediatamente después, cuestión de segundos, ya tienes algún que otro ‘me gusta’.
        Claro que también existe quien ya conoce tu obra y clica por pura cortesía. Obviamente, son los menos.
        En fin… De momento, seguiremos.
        Un muy afectuoso saludo.

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  7. Pues tienes toda la razón, solo la crítica buena es la que te hace mejorar.
    Pero también creo que a veces no podemos ser demasiado críticos por no estar demasiado seguros, yo hablo por mí, pienso que he de aprender mucho y leyendo voy aprendiendo y a veces pienso que lo mío no es tan bueno, pero sigo en el intento.
    Un abrazo

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    1. María José, criticar no es más que opinar. Esto no son matemáticas y lo que uno ve correcto otro puede entender que es un error. Todos tenemos a mano diccionarios o manuales de ortografía. Yo creo que lo enriquecedor de una crítica es cuando alguien que lee te dice si tú escrito le ha llegado o no, si has captado su interés y si le has trasmitido emociones e imágenes con tu escrito, o que piensa que te ha faltado para conseguirlo. Y eso que siempre es discutible te puede dar una medida de la calidad de tu escrito, y es algo que podemos hacer todos. Siempre en positivo, siempre con mucho respeto y siempre pensando que lo que le aportes como comentario sirva de estímulo y de mejora. Yo creo que ese feedback fundamental que te aporta la perspectiva del lector es la clave de todo el asunto, porque lo que todos querríamos saber realmente es cómo se siente realmente quien te ha leído, si le ha gustado o no y por qué.

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  8. ¡Hola, Israel!
    Yo soy nuevo por aquí, como quien dice.
    Publico de vez en cuando, por comprobar qué tal.
    En definitiva, MUY de acuerdo con lo que comentas.
    Me sumo a una petición como la que propones, porque es como realmente se pueden pulir los defectos de un escrito o manera de escribir.

    Ya aprovecho para enviarte un saludo! (:

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